Umberto Guidoni: La izquierda italiana tiene que empezar de cero
Ida Garberi *
A veces la vida reserva sorpresas, que pueden ser casi increíbles, sobre todo viviendo en Cuba, siendo italiana y si logras hablar justo con un euro parlamentario italiano del Partido de los Comunistas italianos, después de pocos días del cierre del congreso de su partido.
Logro conversar con él en el hall del Hotel Nacional de La Habana, serían dos horas extremadamente agradables e interesantes, dónde encuentro con satisfacción a un hombre de la izquierda italiana.
La interrogante terrible de este momento, creo en toda Europa, pero sobre todo en Italia, es poder establecer qué significa ser de izquierda.
Umberto me explica que para él ser de izquierda en este momento representa unirse, todos los que creen en los principios progresistas, anticapitalistas sin clasismos profundos de “superevolucionarios”: si Cuba ya tiene un máster como estado socialista, cumpliendo 50 años de Revolución en el 2009 y la otra parte de América latina, que cambió decididamente su camino hacia la izquierda, podemos decir que sea en la universidad……bueno, nosotros, los italianos tenemos que empezar más o menos del circulo infantil.
Desafortunadamente este mensaje no ha sido escuchado por la dirigencia del partido, que rechasó la moción Bellillo-Guidoni “Una necesidad para el país: unir la izquierda.”
Yo pienso que la moción sea realmente interesante y sobre todo subraya la necesidad de escuchar la base, los obreros, los trabajadores más pobres, los humilde, los inmigrantes, por una convivencia pacífica que lleguen al respeto y a la dignidad, para que el pueblo pueda reconocerse en el futuro grupo dirigente del partido, que debe ser elegido por capacidad y no por fidelidad.
Lamentablemente el partido no intendió, no le interesó las propuestas de la moción cerrándose totalmente y confirmando una vez más los mismos ejecutivos, aquéllos que desafortunadamente perdieron en el abril pasado, los que no han sabido hacerse una autocrítica.
“Por este hecho decidimos voluntariamente excluirnos de la asamblea Nacional del partido, como simples militantes continuaremos nuestro trabajo aún más convencidos de que la unidad sea el único camino posible para dar un futuro a los comunistas y a la izquierda italiana.”
Personalmente creo que Umberto es una persona valiente, simple, que se preguntó realmente el por qué Italia haya ido tan a la derecha, que tiene gana de meterse en juego, pero “remangándose las mangas” para recomenzar.
¿Pero quién es Umberto Guidoni, por qué es tan sensible y consciente, casi asustado por lo que puede suceder en Italia si no se reacionará rápidamente?
Yo creo que Umberto percibe las trágicas consecuencias que puede llevar el gobierno del “Caballero” sin un verdadera izquierda que pueda hacerle la oposición, después de haber vivido muchos años en los Estados Unidos, “en la estrañas del monstruo”, como dijo José Martì.
Sí, porque Umberto es un astrofísico y un astronauta que trabajó en la NASA y participó en dos misiones en el espacio a bordo del Space Shuttle.
Le pregunto, con cierta curiosidad, cómo un comunista como él, pudo ser elegido para trabajar en un centro espacial norteamericano, y él sonriendo me confiesa que siempre fue un alma libre, comunista, pero sin carnet, que aprendió en el seno de su familia a creer que tiene que defender a los más humildes.
Su papá en efecto fue un militante comunista.
A pesar de que el trabajo en la NASA fuera muy estimulante y bien pagado, la elección de Bush la primera vez y los cambios en los EE.UU., ponen muchas interrogante a Umberto: ¿su hijo, que nació en los EE.UU., es justo que crezca sólo conociendo los parámetros norteamericanos?
Claramente su respuesta es no, así decide volver a Italia y esta vez trabajar en primera persona, es decir meterse en el juego y empezar a hacer política.
“¿Como puedo exigir de los otros, si yo no soy capaz de comprometerme y luchar?”
Así se presenta para los comunistas italianos a los comicios europeos y es elegido.
Actualmente está inscrito al grupo de la “Izquierda Europea- Izquierda Verde Nórdica”.
Es miembro de la Comisión para la industria, la investigacion y la energía; de la Comisión temporal sobre el cambio climático; de la Comisión para el ambiente, la salud pública y la seguridad alimenticia; de la Comisión para el control de los balances; de la Delegación para las relaciones con los Estados Unidos; de la Delegación para las relaciones con el Japón.
Justo aquí en Bruselas Umberto demuestra firmemente que siempre llevó en el corazón a Cuba, siempre respectó su gobierno, del único país que hasta hoy supo resistir a un bloqueo homicida sin nunca conceder nada al primer país del mundo.
Cuba puede decir “Yo sí, Puedo” no sólo hablando de su moderno sistema de alfabetización premiado por el Unesco y llevado por los voluntarios cubanos en los cinco continentes, pero también contestando al hecho de que pudo resistir al odio y al terrorismo de los norteamericanos.
Y Umberto es uno de los europarlamentarios que trabajó porque la Unión Europea quitara sus sanciones contra la isla caribeña.
Justo en Bruselas Umberto conocerá personalmente a Olga Salanueva y a Adriana Pérez, mujeres respectivamente de Renè González y Gerardo Hernández, dos de los Cinco cubanos prisionero políticos de casi 10 años en los Estados Unidos, culpables sólo de defender su isla del terrorismo “made in Florida” que están reclamando su derecho a visitar a sus maridos en las cárceles; derecho, éste que se mantiene pisoteado hasta hoy por el gobierno yanqui.
¡En el mes de junio fue la última farsa de la Oficina de Intereses Norte americana en La Habana (SINA): Olga fue declarada “no eligible con carácter permanente” para haber sido deportada por los Estados Unidos y pusieron a Adriana en una lista de espera sin fin como a los otros familiaries de los Cinco, en efecto hay quien está esperando hace más de dos años!!!
Hablar del caso de los Cinco con Umberto es emocionante porque se siente que aparte de conocer el caso, está insultado por las violaciones perpetradas. Acepta partecipar con entusiasmo en una Comisión para conseguir el visto humanitario de Olga y Adriana, que el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco, del que formo parte, está llevando adelante.
Esta comisión, que cuenta ya con casi 200 participantes, entre los cuales hay dos premios nobel como Adolfo Pérez Esquivel y Rigoberta Menchù, están luchando para exigir al gobierno norteamericano los visados humanitarios haciendo presiones sobre el departamento de estado norteamericano, con cartas de protesta y manifestaciones.
Y cuando se habla de derechos, Umberto se pone muy sensible, desde siempre trabaja porque todas las minorías puedan ser reconocidas, porque se eliminen los trabajos precarios, porque se haga un trabajo estrecho dentro del pueblo italiano de aceptación al extranjero por una convivencia pacífica.
Desgraciadamente sea el gobierno de Prodi ayer, que el gobierno de Berlusconi hoy no solucionó y no soluciona los problemas graves de nuestro país, como aquel de la seguridad, del trabajo y del ambiente, sólo se escondió y se esconde tras una propaganda vacía.
Parece que desafortunadamente la memoria histórica abandonó a los italianos, también yo pienso como Umberto que el recuerdo de la pasada tragedia está sólo en la mente de una generación, la que sigue es terreno fértil por cualquiera credo político.
La situación es crítica, la aprobación de la “Directiva de la Vergüenza” en Europa y el hecho del “marcar” a los niños rom en Italia lo demuestran.
Europa se está cerrando buscando de modo ridículo de mantener antiguos privilegios que por suerte después de 500 años empiezan a vacilar e Italia se pone agresiva contra los no italianos.
En un intervención de plenaria, Umberto Guidoni, durante el debate sobre la “creación de un banco de datos para las huellas digitales de los rom en Italia”, afirmó: “Marcar” un pueblo por el hecho de ser diferente: éste, en síntesis, es la propuesta de recoletar las huellas digitales de los rom, también de los menores de edad, para crear un adecuado banco de datos. Esta iniciativa del gobierno italiano evoca tiempos oscuros, recuerda políticas trágicas que Europa conoció en el pasado y que habríamos querido relegar, para siempre, a los libros de historia. Y un acto odioso que constituye una violación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales sancionadas por la Convención europea de los derechos del hombre.
Tratar como criminales a los niños inocentes e impunidad garantizada a quien es incriminado: es este la justicia de la derecha italiana!.”
Y cada día la indiferencia de los italianos está poniéndose peligrosa, cínica, inhumana: sólo hace pocos días dos niñas rom se ahogaron en la provincia de Nápoles, bajo los ojos insensibles de los bañistas, que continuaron su día de playa, despreocupados de los pequeños cuerpos sustraídos de las aguas y depositados sobre la arena por dos socorristas.
Tampoco el paso de los ataúdes los conmovió.
Me surge una duda: ¿si hubieran sido animales, se hubieran preocupado más?
Sólo queda una pregunta: ¿adónde iremos a parar, si no escuchamos a los hombres como Umberto?
*la autora es la responsable de la página en italiano de Prensa latina
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