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Tecla Faranda: “¿Cuba? ¡Para mi es el Che Guevara!!!”

Tecla Faranda: “¿Cuba? ¡Para mi es el Che Guevara!!!”

Ida Garberi *

No sé si la simpatía, que creo recíproca, haya comenzado por el hecho de que nos une, en este momento, que somos dos italianas admiradoras sin reservas de la Revolución cubana. Desde la adolescencia descubrimos sus éxitos y supimos de su heroica resistencia. Era una época donde Internet no nos permitía estar tan cercanas a la isla caribeña con un simple click.

Es una interesante conversación la que tuve con Tecla, una abogada de Milán, que pertenece a la Asociación de Juristas Democráticos, y estuvo en Cuba para participar en el II Encuentro Internacional de los Abogados Laboristas, que se desarrolló aquí en La Habana.

Pero el empeño de Tecla por Cuba no es sólo un amor platónico, es el hecho de muchas acciones, intervenciones, conferencias y el empeño total que ella dedica hacia los Cinco Cubanos. De hecho, Tecla es parte del Comité Italiano Justicia por los Cinco, por la Asociación de los Juristas Democráticos, y por la asociación de Amistad Italia-Cuba participó el 20 de agosto de 2007 en Atlanta en la última discusión oral del proceso de apelación de los Cinco, de la cual todavía estamos esperando el veredicto.

Tecla me habla de la experiencia del encuentro Internacional de los Abogados Laboristas, donde por dos días han intercambiado sus opiniones abogados especialistas sobre el derecho laboral procedente del Ecuador, Brasil, Argentina, Cuba, España, Guatemala, Puerto Rico, Canadá, Estados Unidos e Italia.

Me cuenta entusiasmada que “por mí en el Congreso emergió una situación en que los países industrializados retroceden, sea en términos de mercado del trabajo, sea en términos de seguridad del trabajo y cultura del trabajo (entre ellos está la España del mítico Zapatero, 1 500 muertos en el trabajo en un año, más o menos como en Italia) mientras los países de América Latina parten de posiciones a lo mejor peores; pero están desarrollando una cultura del trabajo que les permitirá superar a los primeros, trabajando sobre la prevención y sobre la sensibilidad de las personas más que sobre la represión de las violaciones”.   

“Por otra parte mirando las fotos que hice, (me gustan mucho los obreros en el trabajo) en Cuba no vi un sólo obrero sin el casco (pero tampoco un sólo motorista), mientras en el centro de Milán absolutamente todos los obreros caminan en el octavo piso sin ninguna protección, justo como si no hubiese nadie para controlar, como si no estuvieran arriesgando su vida”.  

“Si escuchas a los empresarios (pero también escuché a un carabinero decir la misma cosa) son los obreros que no quieren protegerse, pues el problema es de veras la cultura y la severidad de normas que quedan inaplicadas, no sirve realmente para nada la amenaza sin imponer estas leyes”.

“El problema es que en Italia cada gobierno, incluido el de Prodi, han cortado los fondos para las inspecciones y emanan, cuando sucede algún desastre, normas más severas adecuadamente anunciadas y las relegan en el olvido usual”.

Tecla Faranda tiene también otras motivaciones para mirar con admiración hacia Cuba y América Latina, de hecho está convencida que de veras otro mundo es posible, justo gracias a este nuevo socialismo del siglo XXI, que nos presenta un modelo económico alternativo al capitalismo quebrado; justo América Latina está enseñándonos que el apoyo popular es fundamental para un análisis más maduro de la situación.

Y una vez más es Cuba el centro de todo, es la isla heroica que demostró que se puede resistir contra todo y contra todos, si se tiene la razón, si se tiene la única alternativa posible para salvar la especie humana.

-“¿Y Europa e Italia?”- tras esta interrogante, Tecla responde:

“Están viviendo una situación muy triste, diría vacía de ideales y de dignidad; hasta aquellos partidos que se declaran de izquierda quieren desvestirse de todo lo que representa el viejo comunismo, hasta reniegan de los símbolos del pasado, como si tuvieran que avergonzarse." 

Tecla bromea, diciéndome que no sabe si volverá a Italia, me confiesa estar enferma con el famoso “mal de Cuba” y que las perspectivas desastrosas después de las elecciones en la península itálica pudieran empujarla a una fuga.

Ahora regreso al tema que me interesa más, los Cinco cubanos, que también para mí son una causa prioritaria, un caso judicial absurdo, con unas sentencias absolutamente desmesuradas y absolutamente políticas: “Yo comencé a interesarme del caso como asociada de los Juristas Democráticos, un grupo de expertos en derecho que se ocupan sobre todo, de las lesiones de los derechos individuales provocadas por poderes fuertes, como los del estados y los gobiernos de los países”.

“En cuanto conocí el caso de Antonio, Ramón, Fernando, Gerardo y René, no pude creer que fuera real, es para mí un caso de estudio para la Universidad de Derecho, tanto son impactantes y enormes las injusticias perpetradas”.

“Desdichadamente, justo por el carácter político de este juicio, pocas personas tienen conocimiento del caso, en Italia hasta prácticamente el año pasado fue dominio sólo de un grupo selecto. Tampoco la prensa de izquierda publicó algo, luego gracias a una campaña de la asociación de Amistad Italia-Cuba publicada en  “Il Manifesto” se ha abierto una brecha en el silencio”.

“He notado que también los no amantes de Cuba se interesan en el caso, y  cuando tienen conocimiento, quedan horrorizados por la violación de los derechos y las garantías procesales más elementales perpetradas contra estos Cinco cubanos”. 

Para confirmar esta afirmación, puedo citar al escritor italiano Claudio Magris, que estuvo en La Habana en la Feria del Libro, y que escribió hace poco sobre “il Corriere della Sera”, desdichadamente, un triste artículo donde se habla muy mal del proceso revolucionario, pero… por lo menos reconoce el derecho a la visa de dos de las mujeres de los Cinco, que no han podido nunca visitar sus compañeros detenidos en los Estados Unidos en diez años de injusta reclusión. Hasta el escritor italiano aceptó formar parte de una “Comisión por el Derecho a la Visa” que el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco está llevando adelante desde diciembre del año pasado. Esta Comisión tratará de conseguir los visados humanitarios por las dos mujeres cubanas, gracias a cartas que mandarán a los representantes del gobierno estadounidense, firmadas por más de cien personalidades a nivel mundial.

¡Y, pues, aunque abiertamente están contra Cuba, reconocen que la justicia es igual para todos y sobre todo agradecemos al conocido escritor porque permitió con su artículo que el caso de los Cinco terminara sobre las páginas digitales de uno de los más conocidos periódicos italianos!

Le pregunté a Tecla si no tuvo miedo al ir “a las entrañas del monstruo”, como dijo José Martí, por una causa abiertamente política, donde se habría señalado como simpatizante de la Revolución cubana.

Esta vez la abogada milanesa me deja muy sorprendida con su respuesta, en estos momentos donde todos en Italia tratan de esconderse tras el gris más total, sinceramente me dice que se habría sentido una vil cobarde si no hubiera tenido este ánimo, luego continua: “sólo evité hacerme rechazar de los norteamericanos evitando la entrevista al consulado por la visa y enviando todo el material con el equipaje no de mano, no tengo idea de eventuales señalamientos en Italia, por lo demás haciendo una profesión autónoma no tengo grandes problemas”.

“Por otra parte quien sea, poniendo en Internet mi nombre, además no particularmente común, podría saber mucho de mí; en todo caso no me pareció percibir ningún control ni en el aeropuerto de Atlanta, ni en la Corte”.

Preguntándole sobre qué piensa de la discusión de la vista oral, y cuáles son sus expectativas sobre el famoso veredicto que estamos esperando ansiosamente, nos explica:

“Desafortunadamente la sentencia no tiene tiempos previsibles con exactitud, actualmente el objeto de la vista concierne no más la lesión de los derechos a los acusados sino una valoración de las pruebas que han constituido el fundamento de la sentencia de condena”. “Hasta ahora nada se modificó acerca del régimen de cárcel dura que les han infligido a los condenados, hasta en la inminencia de la audiencia”.

“Cosa increíble, no les permitieron a los acusados presenciar la audiencia, como sería natural en cualquier proceso en cualquier Estado de derecho del mundo cuyo sistema judicial esté decidiendo sobre la vida, como en este caso, de un ciudadano”.

“Es importante la brecha que se está abriendo en el silencio mediático sobre el caso, pienso que en la audiencia además estuvo presente una cierta representación de los periódicos locales y de agencias de prensa y la noticia del proceso en fin estuvo publicada, de modo irreprensible aunque neutral, sobre la prensa local”.

“La difusión, aunque tardía, de la noticia por parte de los medios de comunicación además de la realmente amplia participación de los comités y de las asociaciones por la tutela de los Cinco cubanos (más de trescientos en todo el mundo), que han mandado unos setenta encargados a demostrar la solidaridad de todo el mundo en este caso, algunos representante de órdenes forenses extranjeros, además de algunos parlamentarios, abogados y magistrados estadounidenses son elementos indudablemente fundamentales bajo el perfil de la sensibilización de la opinión pública”.

“En todo caso, el desarrollo de la audiencia oral, como también fuera confirmado por uno de los abogados americanos del colegio de defensa, Leonard Weinglass, y de otros legales presentes, demostró el interés de los tres jueces, que hicieron bastantes preguntas, sea a la defensa, sea a la acusación, para conducir una mejor y profundizada valoración de las pruebas y de la obra del Tribunal de Miami”.

“Sin embargo, al menos aparentemente, la actitud de los tres jueces que están examinando el caso (de los que dos ya se pronunciaron en favor de la ilegitimidad de la condena y un tercero fue añadido sucesivamente y no se ocupó nunca del caso en precedencia) pareció serio y técnico y este elemento, considerando que estamos hablando de un proceso administrado hasta este momento en modo irracional, emotivo, antijurídico y sin pruebas y por lo tanto en abierta violación de las reglas de derecho, es indudablemente de máxima importancia”.

“La audiencia oral, que no es concedida siempre en este tipo de proceso y al que han sido admitidos todos los aspirantes que han hecho solicitud de participar sin particulares formalidades, dio uno espacio considerable a los defensores de las partes y todos los miembros de la Corte han dirigido numerosas y determinadas solicitudes de profundización y explicaciones a los defensores y a la representante de la pública acusación, sobre todo en orden a la valoración de las pruebas, que son indudablemente el punto más débil de la acusación, porque, como se ha dicho, las pruebas de los presuntos y sin embargo turbios crímenes sencillamente no existen”.

“Y en efecto la representante de la fiscaliza tuvo profundas y perceptibles dificultades en conducir la discusión, así como le solicitaron los jueces, sobre las pruebas fundamento de las acusaciones, limitándose sin embargo a hacer referencia a un solo documento sobre la base del cual el gobierno cubano habría advertido a uno de los Cinco de la posibilidad que pudieran ser derribado, como en fin ocurrió efectivamente, aviones procedentes de Miami que hubieran violado el espacio aéreo cubano; documento que significa una responsabilidad inexistente y nunca en precedencia afirmada - y este en el sistema de “common law” es un elemento fundamental - de un solo ciudadano por un acto de su gobierno, sin embargo legítimo cuando la violación del espacio aéreo haya sido perpetrada”.  

“La representante de la acusación tuvo que admitir al fin abiertamente que las imputaciones no son basadas en pruebas en sentido técnico, si no sobre simples indicios (hints), pero no supo precisar ni sobre cuál anteriores decisiones fundará tal hecho, ni dónde llevarán tales indicios, declarando haber tenido insuperables dificultades en la adquisición de las pruebas”.

“Esta embarazosa admisión, que determina automáticamente la imposibilidad de sustentar la acusación en juicio según reglas universalmente compartidas en los Estados de derecho, nos podría que llevar automáticamente, como bien sabemos, a una única y obvia conclusión”.

“La defensa apostó en cambio solamente sobre la discusión de algunos de los numerosos hecho de impugnación de la sentencia en la óptica de una estrategia procesal, plenamente compartida, de concentración de la atención de los jueces sobre los elementos fundamentales del proceso, también en consideración del limitado tiempo a disposición (acerca de una hora, de hecho extendida de unos veinte minutos)”.   

“Yo soy optimista por todo esto que te conté, creo que el sistema judicial estadounidense sea mucho más ético que el italiano, no olvidamos en efecto que el representante de la pública acusación en los Estados Unidos tiene una obligación deontológica, también puede ser sancionado con medidas disciplinarias expulsivas, no sólo de no atenerse a los hechos, si no también de buscar las pruebas favorables al acusado y de esconderlas”.

“No queremos ilusionarnos inútilmente en un hecho en que el aspecto político y emotivo siempre prevaleció sobre la aplicación de las reglas”.

“Es cierto, sin embargo, que el complejo desarrollo de los juicios y la inusual extensión de las motivaciones de la primera sentencia de apelación (casi un centenar de páginas) demuestra que el sistema judicial estadounidense hace una extrema fatiga a digerir la sentencia pronunciada y hoy abundantemente ejecutada ya con casi diez años de cárcel dura ya abonados por los Cinco”.  

“Remediar una injusticia de este alcance y con estas consecuencias sobre la vida de cinco personas, precisa mucha conciencia, firmeza y ánimo de parte de estos jueces”.

“Pero queremos ser confiados y optimistas, como el abogado Weinglass, que la honestidad intelectual y la preparación jurídica de los jueces de la apelación (que, al revés del jurado popular de Miami, son juristas de nivel superior, conocen bien las reglas y han creído abiertamente en profundizar muchos aspectos procesales completamente ignorados por el jurado de Miami) acabarán de sobreponerse a las cuestiones emotivas y políticas, que ninguna influencia tienen que tener en un proceso”.

“Si conocemos bien las motivaciones precisas y perversas que están en la base de este colosal error judicial, confiamos, sin embargo, que los jueces de Atlanta no se harán instrumentalizar de factores extraños a la administración de la justicia, con el riesgo de crear un peligroso precedente por todos, ciudadanos estadounidenses comprendidos”.

“Yo estoy convencida que una defensa técnica puede desenmascarar la manipulación política, demostrar que las largas manos del poder no han permitido a la justicia de triunfar”.

Para concluir le pregunto a Tecla si en Italia, en una de sus conferencias, alguien contestó sus afirmaciones legales sobre el caso, y Tecla me confirma que justo a la conferencia de Roma de septiembre con el Comité Italiano de Justicia por los Cinco, alguien polémicamente preguntó si el Comité quisiera pedir la liberación o la justicia por los Cinco cubanos, como si se tratara de una alternativa política.

“Yo no tengo ninguna duda: ponerlos en libertad es la única verdadera justicia, aunque desgraciadamente no se podrá devolverles nunca estos largos años de injustificadas privaciones, que han tenido que padecer René, Fernando, Gerardo, Ramón y Antonio”.

Es verdad, en efecto, ¿de qué son culpables los Cinco cubanos?

Como Ramón Labañino afirma en su alegato sobre la discusión de la sentencia:

“¡Si por evitar la muerte de seres humanos inocentes, si por defender a nuestros dos países del terrorismo, y evitar una invasión inútil a Cuba es por lo que se me condena hoy, pues bienvenida sea!. ¡Llevaré el uniforme de recluso con el mismo honor y orgullo con que un soldado lleva sus más preciadas insignias!.

¡Este ha sido un juicio político, y, como tal, nosotros somos prisioneros políticos!

¡Aquí está toda la evidencia; y aquí está escrita la historia: ella será quien nos haga verdadera justicia!”.

 

 

*La autora es la responsable de la página en italiano de Prensa Latina   
 




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